Es cierto eso que dicen de que cuanto mayor se hace una, más rápido parece que pasa el tiempo. Cuando mi amigo José Francisco me pidió esta reflexión sobre el impacto que está teniendo Chat GPT, tuve que consultar mi calendario y comprobar que, efectivamente, habían pasado no uno, sino dos años desde su lanzamiento.
Esta herramienta basada en Inteligencia Artificial generativa ha servido para dar a conocer al gran público estas soluciones y las posibilidades que ofrecen. En nuestra industria, donde ya veníamos usando esta tecnología desde hace tiempo, también está teniendo gran relevancia, permitiéndonos ser más productivos que nunca.
Cambiando las reglas del juego
No recuerdo quién me habló por primera vez de Chat GPT, pero como cualquier persona con inquietudes, tardé poco en registrarme en su sistema y empezar a curiosear. La precisión de sus respuestas para temas de cualquier rama del saber y sus casos de uso casi infinitos me dejaron en shock.
Poco tardé en ver cómo los medios y redes sociales se inundaban de noticias sobre esta herramienta. No éramos conscientes entonces, pero la operativa interna de muchísimas empresas de todo el planeta iba a transformarse para siempre.
Quienes hemos incorporado esta solución a nuestros procesos hemos experimentado una mejora notable no solo en términos de eficiencia, sino también económicos, al reducir costes de producción. Las herramientas basadas en IA han pasado a desempeñar aquellas tareas más rutinarias y tediosas para las que no se necesita intervención humana, y las personas pueden demostrar más que nunca su talento y creatividad en nuevos roles.
Otra de sus grandes ventajas está siendo su capacidad de procesar grandes volúmenes de información en tiempo récord, permitiendo que las empresas puedan tomar decisiones más informadas y ágiles. En este escenario, la analítica de datos viene a ser, si cabe, aún más importante que hace dos años.
En la misma línea, la integración de Chat GPT ha permitido una personalización y adaptación sin precedentes en los servicios que las empresas ofrecen a sus clientes. Al detectar patrones de comportamiento y preferencias, somos capaces de crear experiencias más significativas, mejorando la satisfacción del cliente y su lealtad con las marcas.
Esta capacidad de generar ideas, respuestas y soluciones a gran escala está redefiniendo todo el ecosistema empresarial, abriendo puertas a nuevas formas de trabajo colaborativo y soluciones innovadoras.
Retos, reflexiones y realidades
Si me disculpáis la frase hecha, no todo el monte es orégano. Aunque las sucesivas actualizaciones de Chat GPT han solucionado, al menos en parte, algunos problemas como alucinaciones, respuestas erróneas o cierta tendencia a divagar, todavía hay margen de mejora.
Otro problema del que quizás no se habla demasiado es que, más allá de las posibilidades que ofrece, no se sabe utilizar adecuadamente. Muchos creen que, al ser capaz de procesar fácilmente el lenguaje natural, es una especie de “varita mágica” que resolverá cualquier duda o problema sin esfuerzo por nuestra parte.
Lo cierto es que su utilidad depende en gran medida de cómo se formulen los prompts, del conocimiento previo del usuario y de juzgar con espíritu crítico las respuestas obtenidas. Sin ir más lejos, os confieso que me ha ayudado en más de una ocasión a la hora de escribir este artículo. Y creo que no se nota.
Recientemente he leído en varias fuentes diferentes que la herramienta está estancada y que pronto dejará de tener la relevancia que ha tenido hasta ahora. Nada más lejos de la realidad, es algo natural que se describe en el Hype Cycle de Gartner, en el que se establece que se alcanza un ‘abismo de desilusión’, cerca del que nos encontraríamos, para que vuelva a remontar y se consolide como una solución transformadora.
No quiero pasar por alto todos los debates éticos que ha generado: desde el nuevo rol de las personas en los centros de trabajo hasta la seguridad de los datos procesados. También debemos plantearnos qué repercusión tiene la IA generativa en nuestra sociedad y en nuestras propias habilidades. Son dilemas que no tienen una respuesta simple y que requieren de un diálogo entre empresas, sociedad y legisladores.
Aunque dos años después todavía queda mucho sobre lo que reflexionar, aprender y regular, no cabe duda de que, en este camino, Chat GPT nos ha dejado más luces que sombras.
Esmeralda Mingo
Directora general
Zelenza CEX